martes, 11 de marzo de 2014

SOBRE GRANADOS Y LA CORRUPCIÓN

Carteles que podemos encontrar
por Valdemoro
En las últimas semanas, nuestro municipio ha sido citado en múltiples ocasiones por un nuevo
y, por qué no decirlo, nada sorprendente caso de corrupción. En este caso, el protagonista es
un viejo conocido para los valdemoreños, Francisco Granados. Este personaje, del que acabamos de saber que guarda cuentas en bancos suizos a su nombre, una costumbre habitual entre los militantes de su partido, ha desatado la indignación de vecinos,y de cualquiera que empieza a cabrearse al ver cómo las millonadas helvéticas de nuestros representantes institucionales crecen como las malas hierbas, mientras su pueblo se gana el pan en los contenedores de basura.
  


 En el conjunto del Estado español, nos hemos llegado a insensibilizar con los casos de corrupción particulares, manteniéndose, eso sí, la concepción general de que la labor política va estrechamente unida tentación de apropiarse de lo ajeno. No obstante, este caso concreto difícilmente será olvidado por los vecinos, que han sido gobernados por el actual presidente del Partido Popular a nivel municipal. Los mismos valdemoreños que vieron erigir, coronando el municipio, una fastuosa mansión, propia de dirigentes megalómanos que se sienten cómodos en su torre de cristal. Así, no es de extrañar que su nombre se repita entre  los parroquianos de los bares y otros puntos de encuentro de la población, con una rabia contenida a la que ya es hora de que vayamos dando salida.
  

  Y es que a la ya famosa cuenta bancaria suiza, podemos sumarle las rentabilísimas relaciones
personales que mantiene, y mantuvo durante sus ocho años como alcalde. Podemos buscar referencias
sobre estas malas compañías en la titularidad del coche de su mujer que está a nombre de la misma constructora que les comenzó a construir su palacete.
   ¿Puede un representante público, de la más alta instancia municipal, tener este tipo de sumas en un paraíso fiscal, sin que se comprometa su actividad política?. Eso mismo es lo que se ha puesto
en cuestión de forma unánime, primero en los medios de comunicación y, detrás de estos, la opinión
pública en general. La respuesta del que fue número 2 de Esperanza Aguirre, se argumenta en una defen-
sa a ultranza de su actividad y sus ganancias en la empresa privada, más concretamente en la banca.
Esgrimiendo esta defensa, parece haber desarmado de argumentos a los individuos más desclasados, que ven completamente legítimo que esa fortuna proceda de su actividad profesional.
  
   Los Colectivos de Jóvenes Comunistas, no vemos en estas vergonzantes evidencias el binomio político-
corrupción, ni tan siquiera el binomio Partido Popular-corrupción. Para los comunistas, los casos de corrupción son una consecuencia inevitable y natural propia del sistema capitalista. El fomento del lucro personal, ligado a la concepción de éxito social que determinan las cuentas corrientes y la billetera, llevan a este tipo de comportamiento amoral, que también se traslada a la administración pública, sobre todo para los que consideran válida cualquier treta para ser más ricos que sus semejantes. Este es el caso de Granados que, como él mismo dice, tiene un puesto en la empresa privada y no necesita de la política para vivir.  Este puesto de trabajo, que parecía echarle de menos durante sus periplos por buena parte de las instituciones madrileñas, es un buen ejemplo de la relación capital-corrupción: un empleado de banca, un "broker" que se dedica a la especulación financiera, que no es otra cosa que vender polvo y jugar a los números con las grandes cifras macroeconómicas, que es el capital que las grandes empresas obtienen con el sudor y el trabajo abnegado de cientos de miles de trabajadoras y trabajadores. ¿No es lógico pensar que quien dedica su vida laboral a la especulación y a jugar con el dinero de los demás, no mantenga esas tendencias en la vida pública? ¿No es aún más evidente a la luz de las últimas informaciones reveladas? Y, sin caer en un debate legalista infinito, planteémonos que es cierto que Granados sólo se ha lucrado con su actividad profesional ¿tiene autoridad moral un profesional de la banca de inversión, que es en gran medida el agente económico que más ha contribuido al desarrollo de la crisis capitalista que padecemos?
   Vecinos, en su juego del lucro a costa de las y los trabajadores, estas cosas son legales y legítimas. Para nosotros son prácticas criminales. El capitalismo es corrupción


NI CORRUPTOS NI CAPITALISTAS

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